Los hechos dicen que, siguiendo su costumbre en cada gran conquista deportiva, Sergio Ramos tiró de bandera autonómica sobre el césped del Estadio Olímpico de Kiev y paseó su orgullo andaluz ante todo el mundo, ese que le miraba levantar la 'Decimotercera'.
Los tuits de muchos seguidores nigerianos al fútbol señalan que esa bandera no era la de los que sienten Sevilla o Málaga al cien por mil, sino la de los oriundos de Lagos o Ibadan y de ahí su confusión. Un error que enseñaron al mundo sin pudor, lógico, preguntándose de dónde podría venir esa estrecha relación de Sergio Ramos con su país.
Hoy, lunes, 48 horas después del episodio, podemos afirmar que Ramos no es muy querido en Egipto tras su lance con Mohamed Salah. Eso sí, es muy, muy apreciado en otro gran país africano: Nigeria.