Jero García nos trae la historia de un tal Rocco Francis Marchegiano, el hombre que de 49 peleas noqueó a 43 rivales, resultando un total de victorias por KO en el 88% de sus combates. Con estas cifras y un estilo muy personal entre las dieciséis cuerdas, su nombre perduraría hasta nuestros días como Rocky Marciano.
Con un futuro poco prometedor en el béisbol, el boxeo se presentó en la vida de Rocky el día en que le sugirieron colocarse los guantes para librarse del servicio militar obligatorio. Sin embargo, este joven de Brockton (Massachusetts) seguía soñando con dos de los deportes mayoritarios de EEUU: el ya mencionado béisbol y el fútbol americano.
A pesar de sus esfuerzos, el destino le deparaba una trayectoria brillante y un lugar entre los cinco mejores boxeadores de la historia. Campeón del mundo de los pesos pesados, se retiró en 1957 -diez años después de su primer combate- imbatido, condición que le ha convertido en un boxeador único en este noble deporte. Con este gesto, Marciano hizo valer mejor que nadie el refrán que reza que una retirada a tiempo es una victoria. Esta retirada fue, sin ninguna discusión, la mejor victoria de su carrera.